Presentado el libro Universo León Felipe

 

Almonacid de Zorita. 20 de mayo de 2019. Este fin de semana se ha presentado en Almonacid de Zorita el libro 'Universo León Felipe, una mirada poliédrica sobre el poeta', publicado por la Editorial Panacea, con motivo del centenario de la presencia del escritor en Almonacid, adonde llegó en abril de 1909. Abrió el acto la alcaldesa de Almonacid, Elena Gordon, recordando, en primer lugar, que Almonacid ha participado a lo largo de este fin de semana de la iniciativa 'Un museo un amigo', tanto con el Centro CeLA como con el Museo de Bolarque. La regidora destacó que la presentación del libro, a propósito de la figura del poeta y de la efeméride de su presencia en la villa almorcileña, iba a servir para destacar el lado humanista que tienen los farmaceúticos.  

La primera mesa de ponentes que abrió la presentación del libro estuvo moderada por Daniel Pacheco, presidente de la Sección de Farmacia del Ateneo de Madrid y director de la editorial Panacea. Intervinieron, además del propio Pacheco,  Loreto Pérez, vocal de alimentación del Colegio de Farmacéuticos de  Guadalajara, y Manuela Plasencia, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Farmacéuticos de Letras y Artes (AEFLA).

 

Pacheco manifestó su satisfacción por regresar al espacio cultural El Molino de Almonacid, que recuerda a Cela y a León Felipe entre otros destacados literatos y artistas, recordó que el personaje llegó a Almonacid como Felipe Camino Galicia, boticario, y salió del pueblo como León Felipe, poeta, puesto que fue en Amonacid donde escribió su primer libro, 'Versos y oraciones del caminante'; y mostró la disposición del colectivo farmacéutico a colaborar en proyectos conjuntos que reivindiquen y den a conocer la figura de León Felipe.

Centrado en la presentación del libro publicado por la editorial que dirige,  Pacheco indicó que recoge más de cincuenta opiniones y reflexiones de distintas personalidades en torno a la figura del escritor, y recordó una iniciativa similar, en los noventa, cuando ya en aquellos años la Sección de Farmacia del Ateneo de Madrid publicó referencias sobre el poeta escritas por personajes tan ilustres como Alberti, Gabriel Celaya o Buero Vallejo que dieron lustre y esplendor a aquella publicación. “Presentamos ahora, como nos comprometimos el pasado 13 de abril cuando celebramos el centenario de la presencia de León Felipe en Almonacid, 'Universo León Felipe, una mirada poliédrica sobre el poeta', en el que igualmente ha participado poetas, farmacéuticos, escritores, el presidente del colegio de farmaceúticos, y presidente de la Diputación Provincial de Guadalajara, entre otros muchos”.  No en vano, el libro recaba 50 testimonios de diferentes personalidades en torno a la figura del escritor, entre los que se cuentan el presidente del Colegio Nacional de farmacéuticos, Jesus Aguilar; Raúl Guerra Garrido, presidente de la Asociación Española de Farmaceuticos de Letras y Artes; los académicos, Javier Puerto, Benito del Castillo, Cesar Nombela, Antonio González Bueno o los escritores, Iñigo Mendez de Vigo y Luis Alberto de Cuenca.

 

Pacheco dio paso a  Loreto Pérez, vocal de alimentación del Colegio Provincial de Farmacéuticos de Guadalajara (COFGU). La ponente recordó que también se cumple en 2019 el centenario de la institución a la que representaba y que, por eso, el evento era doblemente apropiado. “Me alegra que se haga un homenaje a este farmacéutico, poeta, dramaturgo, con una obra extensa, conocido universalmente, pero poco reconocido por los más próximos. Desde luego, cuando lo supe, me sorprendió que una persona tan famosa, fuera colega de profesión”, señaló.  Pérez afirmó que Felipe Camino, que había conocido la vida en la ciudad, puesto que había ejercido como boticario en ciudades como Madrid, Bilbao o Valladolid, probablemente llegara contrariado a Almonacid. Sin embargo, como el campo en barbecho, León Felipe descansó en este pueblo para hacerse fértil.  “De repente llegas a un pueblo, te sumerges en la sociedad local, en la que conoces las relaciones personales y familiares de todo el mundo... Imagino lo que pudo pasar por la cabeza de un hombre como él, a quien le gustaba alternar. Probablemente ese contraste con la vida tranquila hizo que desarrollara un don, el de la escritura, que no había conocido”, dijo. 

Por su parte, Manuela Plasencia recordó la trayectoria de León Felipe en Almonacid, pero también señaló que fue responsable de un hospital en Bata, en Guinea, profesor en Estados Unidos y en Méjico, e incluso actor cómico, en su juventud. “Además de una pesadilla para su padre, que no conseguía centrarle”, dijo. Por eso, Plasencia aseguró que le parece muy apropiado el subtítulo de “una mirada poliédrica” para el libro, por la cantidad de facetas distintas que tiene un personaje apasionante, que fue amigo de Lorca, de Machado, de Octavio Paz, Neruda, García Márquez o Miguel Hernández. “Todos formaron parte de su vida.  Y todos decían muy buenas cosas de él. Y, aun así, lo conocemos muy poco, quizá porque su obra estuvo prohibida  durante el franquismo”. León Felipe se exilió en Méjico, donde sí es muy conocido. “Por eso, quizá haya llegado el momento, ahora que tenemos acceso a toda su obra, de sacarle todo el partido a su talento, también aquí, en Almonacid”, terminó. 

 

Despues de la presentación del libro y de la tertulia, se proyectó una presentación en la que María Fernández de Heredia, boticaria de cuarta generación en la familia que empleó al poeta, y en la actualidad concejala del Ayuntamiento de Almonacid, mostró cómo era el pueblo que se encontró León Felipe al llegar a La Alcarria, en abril de 1919, utilizando para ello una hermosa selección de fotos, mayoritariamente obra de María Toledano y Lourdes Toledano.

 

A continuación, los Fernández de Heredia, en la persona de María Fernandez de Heredia como representante de la familia que fue propietaria de la Botica, hicieron un homenaje al día a día del establecimiento.

La Botica la abrió Claudio Fernández de Heredia en 1884. Permaneció abierta hasta el año 2003, siendo precisamente María Fernández de Heredia la última profesional que ejerció en ella su labor. Así, prestó 109 años de servicio a la villa almonacileña, atravesando muchas vicisitudes, como las muertes prematuras de sus dos primeros titulares, algo que abrió la puerta del paso por el establecimimento de muchos familiares y auxiliares, entre ellos, el propio León Felipe.

 

En todo caso, la familia destacó la figura de varias personas fundamentales en la cotidianidad de la Botica almorcileña,  que en el último tramo del siglo XX aportaron ilusión, saber hacer y esfuerzo para sacarla adelante. En primer lugar, María Fernández de Heredia recordó que “la abuela Adora, viuda del boticario, recibió siempre la ayuda de Pilar Fernández de Heredia, su cuñada”. Las dos mujeres se unieron para criar a cinco niños pequeños, trabajando en la botica. Todo un reto.  Pilar era mujer sencilla, pero tenía algo que la hacía especial. Siempre ayudó a su padre, de quien aprendió los secretos galénicos. León Felipe intuyó su magia cuando la conoció, y quedó prendado de ella, llegando a hacer retrato poético magnífico del personaje. “Péinate siempre así, que así, Pilar, serás como una rosa de Sevilla, nacida en un humilde cañamar”, dicen los versos del poeta. “Pequeña gran mujer que dedicó su vida a la botica y a Almoancid”, señaló la concejala. 

                                                                

Además del reconocimiento a Pilar, en los años sesenta y en adelante, María se refirió a tres personas más, “que llevaron el peso de la botica”: Angel Fernández de Heredia, Santiago Gordon, nacido en Carabaña, y Mercedes Parra, los tres presentes en la sala.

 

Después de trabajar en distinfas farmacias, Carabaña, Poza de la Sal o en Frías, en Burgos, Santiago Gordon llegó a Almoncaid a través de un contacto familiar. “Su trabajo fue ejemplar en un tiempo en el que no había horario, y sí mucho que hacer”, señaló María. A continuación, se le entregó una placa que recogió emocionado y agradecido al pueblo de Almonacid. 

 

El ultimo periodo de la botica, lo defendió maravillosamente Mercedes Parra, junto a la propia María Fernández de Heredia. Llegó por casualidad, para un tiempo corto, aunque acabara quedándose durante más de 20 años. Como en el caso de Santiago, aún no estaban organizadas las guardias en las farmacias, y muchas veces tuvo que salir a horas intempestivas de su casa para dar un analgésico, un inyectable o un antibiótico. Igualmente recibió su placa en reconocimiento del servicio abnegado prestado a Almonacid.

 

                                                                                                                                                          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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